Mitos, muchos mitos, son los que rodean a la gimnasia. El tabú más común es que los gimnastas no crecen, se quedan chaparritos.
Debido a que lo que se ve en general en los torneos internacionales, incluso en los Juegos Olímpicos, son atletas con una media de estatura de 1.55 metros en mujeres y de 1.65 metros en hombres. La gente cree entonces, que se debe a que la gimnasia frena el crecimiento.
En realidad, eso es cierto, aunque no de manera permanente, pero no es porque su cuerpo no logró desarrollarse como debía.
Cada atleta crece lo que tiene que crecer, lo que su código genético le dicta. Esta disciplina obliga al atleta a mantener un porcentaje bajo de grasa en su cuerpo. En el caso de las mujeres dicho porcentaje es menor que el de una adolescente sedentaria y por lo tanto se desarrolla un poco más tarde.
Quizás en lugar de hacerlo a los 12 o 13 años, se desarrolla a los 15 o 16, sin que esto traiga consigo alguna consecuencia. Los médicos de la Federación Internacional de Gimnasia y los especialistas en la materia de varios países, han realizado estudios y comprobado que el gimnasta no sufre ninguna secuela de este tipo, por el entrenamiento intenso realiza cotidianamente.
Por otra parte, si reflexionamos un poco vemos que la gimnasia se facilita a los deportistas de baja estatura, y esta característica les propicia el avance constante. Normalmente, el entrenador observa a los padres al escoger a un grupo de niños con talento.
Ve su estatura y determina en cierto grado la estatura que alcanzara el gimnasta en el futuro, lo que en ocasiones puede ser un factor determinante para lograr el éxito.
Curiosamente hay otro tabú que sugiere todo lo contrario. Dicen que si la niña es muy alta no será buena gimnasta. Esto tampoco es verdad. Si bien ser de baja estatura ayuda al gimnasta, ser alto no lo imposibilita.
Svetlana Boginskaia, de Bielorusia, de 24 años y con 3 justas olímpicas en su haber, mide 1.65, igual que la rusa Svetlana Khorkina, multimedallista mundial y olímpica.
El equipo olímpico húngaro presentó dos gimnastas de 1.68, que comparadas con atletas de otros deportes no son tan altas. Simplemente quiero señalar que no están limitadas.
Nunca he oído que es basquetbol ayude a crecer al que lo práctica.
Lógicamente, ser alto en esta disciplina es esencial por las características del juego. Los más altos pueden en un momento dado ganar más fácilmente una pelota. Sin embargo, los “bajitos” no están vetados y en ocasiones los equipos cuentan con un muy ágil jugador de sólo 1.90 metros.
Así que cada deporte requiere de cuerpos con características determinadas y su preparación es enfocada a lo que cada disciplina necesita, pero a final de cuentas, la realidad es que los que tienen el corazón y la mentalidad más fuertes, aunados al apoyo que reciben en su carrera, son los que llegan a donde tienen que llegar; muy lejos.